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jueves, 24 de marzo de 2011

Tú y yo somos la Web 2.0



La vida es cambio. El crecimiento es optativo. Escoge sabiamente.
Karen Kaiser Clark         
¡Señoras y señores! ¡Pasen y vean y tomen conciencia de dónde están parados en este momento!. Están ustedes ahora mismo (tachán tachán y ruido de timbales), asistiendo en directo a uno de los conceptos que propició el paso a la Web 2.0: el blog, weblog o cuaderno de bitácora. Así como se lo cuento. Este formato de información fue vital porque facilitó publicarla de una forma muchísimo más sencilla respecto a la que existía hasta entonces y por tanto, se impulsó el proceso de socialización de la Web. Pero se preguntarán ustedes, eso de la Web 2.0….debe implicar que antes existió una Web 1.0 (sean lo que sean esos palabrejos) ¿verdad? Pues sí. Espléndido ejercicio deductivo. Y como lo prometido es deuda, vamos a aclarar rápidamente y en “palabritas de a centavo”, como decía la famosa metafísica Conny Méndez qué significan esos términos y especialmente por qué nos interesan. La Web 1.0 es la que conocíamos todos donde alguien colgaba la información en páginas, etc. y nosotros sólo nos podíamos limitar a leerla; como mucho, a ir pinchando en los diferentes enlaces que nos iban proporcionando para ir de una información a otra. Fueron apareciendo los foros, donde los usuarios de internet podían colgar sus preguntas y ser respondidos por otros. Para que la idea nos quede más clara, podemos comparar la Web 1.0 con el periódico de papel que todos conocemos. Alguien redacta las noticias y las coloca donde estima oportuno. Nosotros las leemos y si quisiéramos participar, el proceso pasaría por enviar un artículo o una carta al director y esperar a verla publicada. Poco a poco, fue surgiendo una idea que técnicamente se conoce como intercreatividad (Berners- Lee, 1996) y que aúna dos conceptos: interactividad y creatividad.
El principio de la intercreatividad es clave desde los principios de internet y se afianza en que entre todos se puede conseguir un espíritu colectivo que beneficie a la totalidad de los usuarios. Nadie sabe todo de algo pero sí mucho de alguna cosa. Y entre todos, podemos conseguir lo que llamamos la inteligencia colectiva. Así, comenzaron a aparecer nuevos formatos que soportan la información, fomentados por el desarrollo de las llamadas Nuevas Tecnologías, que cada vez son menos nuevas, pero que   propiciaron la aparición de la interactividad tal y como la conocemos hoy.
Antes éramos espectadores pasivos. Ahora, somos participantes activos y entre todos formamos lo que se conoce como la Web social (Social Software o SoSo si os quereis dar de enteradillos en alguna conversación de geeks). Hay estudiosos, con los que yo estoy de acuerdo, que afirman que lo que entendemos por Web 2.0 (O´Reilly)  sería una actitud y no una tecnología. Está formada por personas que comparten y generan información y son el pilar básico de la estructura. NOSOTROS GENERAMOS LA INFORMACIÓN Y POR TANTO ÉSTA SE HA DEMOCRATIZADO. Así, podemos afirmar que hemos pasado de un estado estático a un estado interactivo respondiendo a un cambio social en todas las esferas.
Hoy en día queremos y podemos participar activamente en todos los ámbitos de nuestra vida. No somos consumidores pasivos. En tiempos de la Web 1.0 una persona que se quería comprar un coche miraba un anuncio, iba al concesionario, preguntaba a un amigo o dos y decidía comprar o no. Hoy en día tenemos toda la información a la carta: podemos averiguar todas las características del producto, comprobar la información en varios países, conocer las opiniones de miles de usuarios, comparar precios e incluso nuestra opinión, colgada en las redes sociales, foros y páginas web o valorada a través de encuestas, estadísticas, etc. puede hacer que ese auto se venda más o menos. Porque como decíamos en las entradas anteriores, las personas no nos fiamos de los productos, nos fiamos de otras personas, creemos a otras personas y compramos a otras personas. Actualmente, gracias a la Web social y a las Nuevas Tecnologías, no necesitamos tener grandes conocimientos de informática para poder participar de forma activa en internet y por tanto, en la inteligencia global (existen redes sociales, wikis, blogs, foros, etc.). De estas ideas nacen conceptos como el de “publicidad viral”, “branding personal”, “crew sourcing”, “iNetworking”, etc. que tienen unos nombres muy sonoros y retorcidos pero también son conceptos que conocemos y ya usamos sin saberlo y que iremos desglosando en otras entradas. Pero, amiguit@s, eso será después de fin de semana. Ahora toca descansar y hacer un poco de vida off line y el lunes volveremos, como decían los dibujos de Buggs Bunnie, con más di-ver-sioo-nesss ¡ESTO ES TODO AMIGOS!

Gracias y feliz fin de semana a tod@s
Elisa Villabella

Las redes sociales no son territorio comanche

“Para un reportero en una guerra, territorio comanche es el lugar donde el instinto dice que pares el coche y des media vuelta; donde siempre parece a punto de anochecer y caminas pegado a las paredes, hacia los tiros que suenan a lo lejos, mientras escuchas el ruido de tus pasos sobre los cristales rotos. El suelo de las guerras está siempre cubierto de cristales rotos. Territorio comanche es allí donde los oyes crujir bajo tus botas, y aunque no ves a nadie sabes que te están mirando”
Así define Arturo Pérez-Reverte el escenario que tantas veces fue su lugar de trabajo como corresponsal de guerra en su novela Territorio Comanche (1994) y exagerando un poco, cierto, pero seguro que más de un@ me comprenderá muy bien, me vienen estas palabras a la cabeza cuando me enfrento a un nuevo reto tecnológico, como usar un nuevo programa, usar  un blog, un nuevo teléfono móvil o comprender las conversaciones de mis amigos sobre las ventajas de ciertas aplicaciones para iPhone, Android, etc. Me embarga un desasosiego extraño, una sensación de “no voy a poder…”, “no voy a saber…” y lo que es peor ¡“seguro que todo el mundo lo sabe menos yo que me pasé de moda…”!
El término “geek” que según Wikipedia viene del inglés geek y que, en un español macarrónico y de andar por casa se pronuncia “guik”, designa a una persona que está fascinada por la tecnología y la informática. Aunque, y continuando con la definición “wikipédica”, en inglés no es así, en España incluye también la acepción de “friki”. O sea, que me atrevo a decir que un geek es esa persona que imaginamos comprándose aparatitos inteligentes a todas horas, estando a la última de toda novedad tecnológica y/o informática y que sabe manejar cualquier chisme posible, incluyendo sistemas operativos, teléfonos inteligentes, microaparatos de música; que se pasa el tiempo descargando de internet aplicaciones para sus juguetes y tiene cuenta en unas doscientas redes sociales, incluso antes de que salgan a la luz…. Pues bien, yo, Elisa Villabella, puedo y debo declarar que NO SOY UNA GEEK. Me considero y siempre me consideraré una simple usuaria. La tecnología me resulta aburrida y complicada pero eso sí, muy útil. No es extraño que a muchas personas nos ocurra que, y debido en gran medida a los medios de comunicación y al constante bombardeo al que nos someten con intenciones de convertirnos en consumistas perpetuos, la perspectiva de abrir cuentas en las redes sociales y enfrentarnos a abrir un blog y documentarnos sobre el tema en principio nos de miedo y pensemos que estamos “out” (o sea, pasados de moda e inservibles). La gente más joven ha nacido con ordenador e internet en casa pero la mayoría de las personas que rondamos o superamos los cuarenta hemos aprendido que la informática y la tecnología en general era para personas con formación técnica o muy “frikis” del tema. Muchos manuales y explicaciones que encontramos nos resultan, por lo menos a mí, difíciles de comprender o terriblemente aburridos. Necesitan de conocimientos previos sobre tecnología y me atrevería a decir que de una forma de pensamiento especial, acostumbrada a lidiar con esos temas y traducirlos a un lenguaje comprensible. Me ha costado mucho trabajo comprender que usar internet es como usar la vida. No necesitamos saber construir una tele para poder usarla o ser carpinteros o diseñadores para poder dormir en nuestra cama. Obviamente, el uso que le demos a la tecnología puede ser más o menos correcto, igual que el abuso de la televisión puede ser malo o la elección de ciertos programas puede ser menos productiva que otra. Abrir nuestra cuenta en las redes sociales más importantes no es difícil y nos puede ayudar a que nuestro negocio y nuestra marca personal/profesional trascienda las fronteras de nuestro barrio o localidad de una forma económica y rápida; nos lleva a estar mejor informad@s, a relacionarnos con clientes reales y potenciales y personas con los mismos intereses; a enviar nuestro curriculum vitae, nuestros logros profesionales y en resumen, a ser visibles y reivindicar nuestro trocito de pastel.
Me haría muy feliz que como otra usuaria que soy, podamos compartir el fascinante viaje hacia las interioridades de la famosa Web 2.0 y conocer juntos en un lenguaje claro y comprensible cómo podemos usarla para mejorar nuestra estrategia empresarial. De cómo llegamos a usar esos palabrejos como Web 2.0 y de qué significan en realidad (en lenguaje “cristiano”) hablaremos en la próxima entrega y mientras tanto, amiguit@s, NO OLVIDEN VITAMINARSE Y SUPERMINERALIZARSE. Os dejo hasta mañana con el último aparato tecnológico que me compré y si no os veo aquí…iré a por vosotr@s.
Muchas gracias
Elisa Villabella

miércoles, 23 de marzo de 2011

Las relaciones que creas te acompañan para siempre

Elisa Villabella fan page on Facebook
Eres como la hoja amarilla
Los mensajeros de la muerte están cerca
Vas a realizar un largo viaje
¿Qué llevarás contigo? 
 El Dharmmapada de Gautama el Buda c. 500 a. d. c 

Me vais a permitir que comience la entrada de hoy con esta reflexión basada en los Sutras budistas. Creo que estas líneas con las que comienzo ilustran una verdad que es irrefutable para todos nosotros...cuando termina nuestro viaje por la vida...¿qué nos llevamos? ¿qué tenemos cuando llegamos a casa cansados del trabajo, cuando tenemos un familiar en el hospital, cuando vemos ( y afortunadamente para la mayoría de nosotros, de lejos y a través de los medios) imágenes de guerras, del reciente tsunami y nos damos cuenta, repentinamente,  puede que desasosegados, de nuestra pequeñez, de lo endebles que somos...? ¿cuando un día nos quedamos sin empleo o vemos alguien cercano y querido que de un día para otro no tiene ingresos estables para mantener su casa? Nos damos cuenta que nos quedan las relaciones. Los lazos que hemos creado. La gente a la que amamos, las personas con la que hemos estudiado, trabajado, las sonrisas que nos han hecho felices, las emociones que hemos vivido. Los afectos forman nuestro colchón contra las crisis y las tormentas de la vida. Los humanos somos seres gregarios. Formamos redes sociales. Somos parte de una estructura de vínculos que nos nutren y nos permiten salir a delante: desde la madre que nos cuida y nos alimenta hasta el frutero que cada día surte su negocio para que podamos llenar nuestra nevera con los productos que necesitamos. Desde el médico que nos atiende hasta el abogado que nos aconseja en una situación de divorcio. Desde el camarero que nos sirve el café hasta el amigo al que llamamos por teléfono cuando todo en la vida parece estar tambaleándose.
Somos seres sociales.  Y la sociedad nos ha enseñado que somos lo que hacemos pero yo no estoy de acuerdo. Somos lo que ya somos. Así de sencillo. Somos personas con emociones, sentimientos, cualidades, competencias diferenciadas y luego las manifestamos o no de la forma en que podemos, sabemos y nos dejan.  Todos tenemos algo especial y diferente que ofrecer. Siguiendo la filosofía de Andrés Pérez Ortega, destacada figura del branding personal (nuestra marca diferenciadora) creo que no somos productos sino generadores de productos: nuestro trabajo, nuestras aficiones, lo que hemos vivido, aprendido, lo que podemos dar, lo que sabemos recibir, los sueños que tenemos, etc...Todo eso se conjuga en una personalidad especial que podemos canalizar y plasmar hacia los demás en nuestro negocio, en nuestro trabajo y en todo tipo de relaciones, personales o profesionales que vivamos cada día.
Así, lo que llamamos el social media o las redes sociales, o la cualidad interactiva actual de internet en todas sus manifestaciones  no es más que otra forma de compartir lo que somos, lo que podemos compartir y disfrutar con otras personas bien de forma directa o bajo el nombre de una corporación o producto. Porque al final, las personas solo tratamos con otras personas, compramos a otras personas y nos fiamos de otras personas. Porque somos seres gregarios y las relaciones que formamos nos alimentan, nos nutren y nos permiten vivir y crecer.
Sé que he hecho una reflexión personal profunda pero me parece vital para que vosotros, amigas y amigos que leeis ésto comprendais que ya estais formando parte de una inmensa red social y que internet es sólo otro formato más de lo que todos conocemos. No le tengamos miedo. No lo temamos. Todos tenemos un rinconcito en las redes sociales que siempre estará vació de algo especial si nosotros no lo ocupamos. Con nuestra individualidad, nuestra marca personal. Pero de eso y de alguna cosa más, hablaremos en el próximo episodio..NO SE VAYAN TODAVÍA...AÚN HAY MÁS. 
Gracias

Elisa Villabella 

martes, 22 de marzo de 2011

¿Por qué me interesan las redes sociales?

@elisavillabella en Twitter  
Soy una persona muy sociable y al vivir sola y tener ocupaciones de muchas horas tras la pantalla del ordenador de casa llegué a las redes de forma espontánea y lúdica: me divertía, compartía eventos, opiniones y especialmente sentido del humor con otras personas. La primera cosa que me sorprendió fué comprobar que en la red no sólo están presentes adolescentes "enganchados"" a las "ciberrelaciones" y gente "friki". En las redes hacen nido personas de todas las edades y condición: hay abuelos y nietos, profesores, alumnas; están el vecino de abajo, el tendero de la esquina, el taxista y la peluquera. El jefe, tu suegro y aquel señor emigrante que se perdió de niño, cuando la Guerra y ahora vive en Texas. Hay personajes famosos, personas anónimas y tod@s, todos, podemos tener en las redes aquellos famosos 15´ de fama de los que hablaba Andy Wharhol.
La segunda cosa que me sorprendió fué el extraordinario alcance que tienen las redes sociales: puedes colgar un pequeño relato que escribes en una noche de insomnio y ser leído por una persona de Mallorca, una de México y tres de de tu misma ciudad mientras duermes... Haces un comentario agudo y de pronto recibes invitaciones de amistad de personas que conocen a tus amig@s, quieren saber más de ti o están interesad@s en los mismos temas. Y la tercera cosa, y creo que la más importante de todas fué el extraordinario espíritu de cooperación que existe entre la mayoría de personas que están en la red. Tienes una pregunta y siempre hay alguien que está gustos@ de compartir lo que sabe contigo; quieres conocer datos sobre un libro o un tema y encuentras alguien que te da una dirección, una referencia o te presenta a alguien que puede ayudarte. ¿No es extraordinario?
Así que la existencia de todo tipo de públicos, la repercusión mediática de nuestras ideas y la cooperación son los tres pilares básicos en los que se apoyan las redes sociales y por eso las encuentro no sólo útiles, sino absolutamente necesarias para cualquier proyecto que emprendamos, especialmente a nivel profesional y más si implica un espíritu de pioner@s (emprendedor@s).
De cómo podemos orientarnos en el inmenso mar que es internet, de qué filosofía aplicar y de cómo entiendo el espíritu emprendedor hablaremos, como dicen en las series de éxito, en próximos episodios.
Muchas gracias y nos vemos en las redes
Elisa Villabella

lunes, 21 de marzo de 2011

Hola a tod@s y bienvenid@s

Al fin estamos aquí! ¡Qué alegría! Todos sabemos que en estos mundos que corren, querer hacer algo y tener tiempo y disposición para hacerlo es otra cosa pero vamos allá. En primer lugar quiero presentarme, soy Elisa y vengo del mundo de la Pedagogía y del Social Media y quiero dar los más cálidos y efusivos saludos a todas las personas que me acompañaron en la ponencia sobre el tema de cómo pueden las redes sociales ayudar a los emprendedores a darse a conocer, mejorar su marca, etc. en la Cámara de Comercio el día 3 de marzo. Fué un placer contar con vosotros y espero que volvamos a vernos pronto.
Como comentamos en la charla, está claro que hoy, el contexto de las relaciones ha cambiado de forma radical. Antes la gente, cuando quería iniciar un romance se tiraba los tejos, se enamoraba de su vecina, del primo del pueblo...la gente se apañaba como podía. Sabían y hacían caso de lo se comentaba en su pueblo, en su barrio, en su casa. Pero hoy eso es totalmente diferente. Tenemos toda la información a la carta. Si quiero ligar con alguien puedo entrar en un foro y preguntar cómo, cuándo, conocer experiencias de otras personas.....Y lo mismo pasa si quiero encontrar pareja...ahora tengo un extenso catálogo de personas de todo el mundo, edad y condición.
Es obvio que existen mucha más vida y relaciones que las que se dan por internet. Hay relaciones informales de muchos tipos...el coffe break, reuniones, etc...pero internet, y básicamente todas las formas de relacionarnos de forma profesional (networking) es lo que nos va a ocupar primordialmente en este blog. Tod@s sois bienvenid@s. Todos tenemos algo que podemos compartir y cooperando podremos formar también nuestra propia red social, una red de amistad, aprendizaje, inquietudes compartidas y espero, de futuros felices.
Gracias y un gran saludo
Elisa Villabella